Comienza la aventura

Bueno, ya era hora de marchar. A eso de mediodía con toda la familia congregada en el aeropuerto, comenzó la aventura.
Tras un vuelo barato con easyjet (excepto por el desembolso que tuve que hacer por exceso de equipaje) mis pies se
situaron en Londres otra vez. Lo fácil sería dirigirme cómodamente a un taxi, pero tenía ganas de aventura, así que
me di una vuelta a ver si encontraba un bus conveniente. Al final lo encontré y el autobusero encantador me llevó cerca
de mi destino con el autobus vacío. En el trayecto comencé a disfrutar de la visión de inglaterra. Sus verdes y marrones intensos
sus casas de juguete y sus coches recién estrenados. Me encanta.
Una vez que llegué al B&B todo fue coser y cantar. El dueño era un indio muy amable que me lo explicó todo y me organizó
la salida de mañana a las 515 (vaya horas!).

Después de situarme en la cuidada habitación decidí acercarme al pueblo dando un bonito paseo y de paso cenar algo. El pueblo
se llama bishop stanford o algo así y es bastante bonito. Sobretodo me gustó su iglesia en el centro rodeada por el típico cementerio inglés
Una gozada. Luego acabé cenando en un italiano cuyos camareros eran españoles para variar.

Esto es todo. Ahora estoy cansado y con un poco de miedo viendo lo que se me viene encima. Espero que salga bien mi llegada
a Dinamarca y que pueda contárosla tranquilamente.

Un saludo con cariño a todos mis lectores!