Una de cal y una de arena. Después de pasar un jueves bastante triste tras la partida de mis amigos, hoy madrugué para intentar una vez más insistir en mi plaza en el colegio mayor. Parece que hoy fue mi dia de suerte, porque todo salió a la perfección. Tienen una habitación para mí desde Febrero hasta finales de Junio. ¿Qué más puedo pedir? Después pasé la tarde con Francois, Oliv y Guillome (un visitante). Una quiché loraine para concluir el día que estaba muy buena.
El miércoles fue el último día de Federico en Copenhague. Esto se está convirtiendo en una experiencia un poco agridulce con tantos hasta siempre que hay que decir a los buenos amigos. Por lo menos tendremos un bonito recuerdo del final, porque los franceses prepararon una magnífica cena de despedida.
Los franceses prepararon una gran última cena. Tan buena que la disfrutamos muchísimo y no nos dimos cuenta de que estaba el final a la vuelta de la esquina.
Quizás está sea la última foto que pondré en el blog en el que salimos una gran parte de los amigos que estuvimos más o menos unidos durante este semestre. Sólo tengo palabras de alegría por haberlos conocido y de tristeza por tenerlos que despedir.
Una mañana un poco ajetreada por la ciudad. Había quedado a las 9 con Pietro pero me dormí. Así que sólo pudimos estar paseando un rato todos y luego el tren se fue. Casi lo perdemos! Después de 2 horas y pico aparecimos en Halmstad y dio tiempo a dar una vuelta antes de irnos a una fiesta en una residencia. Mucho ambiente erasmus y gente muy maja por todas partes.
Domingo, 11 de diciembre de 2005
Nos recuperamos de la noche anterior (es fácil cuando las discos cierran a las 2) y fuimos a ver la uni de noche. Tiene muy buena pinta. Para terminar el día tuvimos una noche de relax en la resi. Siempre hay alguien con el que pasar el rato cuando todo el mundo vive junto…Qué envidia!
Lunes, 12 de diciembre de 2005
Hoy si que fue un día ajetreado. Guillo tenía reunión de proyecto y yo me dediqué a recorrer la ciudad. Por la tarde intenté encontrar el famoso cementerio de mascotas que hay cerca de la playa. Pero cuando llegué estaba todo muy oscuro y no me sentí con fuerzas para adentrarme en el bosque. Qué miedo! (estoy hecho un gallina últimamente). De noche estuvimos en casa de unos alemanes muy majos antes de irnos a la fiesta de la uni. Espectacular el ambiente! Todavía me estoy pellizcando, no me puedo creer todas las bellezas que he visto juntas en una pista de baile…
Martes, 13 de diciembre de 2005
Snif, snif. El viaje ha llegado a su fin. Estuve un rato esperando en la estación, y la vendedora de billetes se acercó a cada uno de los viajeros y nos ofreció unas galletas de navidad (qué amabilidad). Disfruté del viaje en tren muchísimo contemplando lo variado del paisaje sueco. Por esta parte es bastante llano y con bosques de abedules intermitentes. Las casas son todas bajas y con grandes ventanas. Todas pintadas exquisitamente.
Sólo un puente me separaba de mi Copenhague natal (si lo puedo llamar así). Volver a casa siempre es bueno después de un largo viaje para poder descansar.
La luz del día se nos escapó de las manos y cuando fuimos ha hacer el primer movimiento del día, llegamos con este panorama a contemplar la torre de la universidad que domina toda la ciudad con sus 24 pisos
El aparcamiento de la resi era un auténtico caos. La mayor parte de las bicis están compradas a la tienda pakistaní de bicis de segunda mano. Parece un negocio floreciente porque las venden con un candado de regalo que es fácilmente forzado y algunas bicis aparecen misteriosamente de vez en cuando...
Y vino Franz. Por la tarde estuvimos paseando por la ciudad preparándonos para el concierto. A las 8 empezaba así que fuimos un poco antes y nos pusimos a la cola. Los teloneros fueron malísimos y el polideportivo estaba lleno de quinceañeros con ganas de saltar.
El concierto fue de calidad, con mucho carácter. Guillo y yo estábamos muertos tras dos canciones. Empezamos al fondo y la marea incontrolable nos tragó y acabamos en la primera fila entre daneses sin camiseta sudorosos (había hasta una chica en sujetador, del calor que hacía)
Luego la noche prometía, porque íbamos a quedar con Pietro y compañía y con Fede y compañía, pero al final unos no aparecieron y los otros estábamos muy cansados así que decidimos irnos pronto y madrugar un poco para aprovechar el sábado antes de irnos hacia el norte.
Aquí está la banda en plena actuación. El público eran quinceañeros peligrosos con ganas de empujar sin parar así que después de dos canciones Guillo y yo queríamos escapara como fuera de aquella marea.