Dejo un poco abandonado el blog por imposibilidades de la vida y me encuentro con un alubión de comentarios.
Muchas gracias a todos!
Lo primero, estoy bien, aunque vivir en Copenhague da un poco de miedo en estos días. Los daneses se lo toman con calma, así que yo les intento imitar e intentaré evitar paseos por el centro.
Lo tengo todo estropeado: el tobillo, el ordenador, el móvil, la habitación sin empezar a poner a punto... No doy a basto.
Pero aún así puedo presumir de conocer ya los nombres de los 21 danesæs que viven conmigo. Me da pena pasar en este colegio mayor sólo unos meses porque de la forma en que me tratan, parece que podrían ser mi familia estudiante danesa.
El finde lo pasé entre partidos balonmanísticos y pruebas de fuego para mi tobillo caminando por la ciudad. Al final ha sido una pena que España no haya llegado hasta el final, sobretodo después de que les diésemos una lección a los daneses (os aseguro que presta el doble cuando estás en el país rival y ves en la prensa como ponen a su equipo local por las nubes)
El domingo acudí a mi primera reunión de cocina. Parecía el parlamento. Discutimos varios puntos (bueno, yo no) respecto a futuras fiestas, organización y demás. Creo que ya tengo una idea mucho más clara de por qué este país funciona tan bien: Forman grupos para todo, desde la mayor tontería hasta el funcionamiento del país. Cualquier actividad surge del mutuo acuerdo y diálogo de varias personas. Es realmente admirable.
Hoy he tratado de empezar a poner remiendo a todos mis mini problemillas. No he empezado con buen pie porque no he sido capaz de encontrar el servicio técnico para arreglar el ordenador, pero es que no para de nevar y está todo blanco: Así no hay quien pueda!
Un abrazo muy fuerte!
lunes, febrero 06, 2006
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