martes, septiembre 12, 2006

Crónica de una llegada

Aterrizar en los estados unidos siempre me dio esa sensación de quedar atrapado de repente en un decorado de película. La llegada no pudo ser de otra forma. El autobús que nos llevó desde el aeropuerto a la uni nos enseñó dos anchos ríos en la noche que separaban los rascacielos de la zona de estadios con unos focos que derrochaban vatios sin límite.

Landing on the states always seemed to me like suddenly finding yourself in a movieset. This time was not different. While riding the bus from the airport to the u, I was able to see two wide rivers dividing in the night the skyscrapers area from the powerful spotlights that iluminated the stadium area.

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