Skandeborg festival + International Party en Aarhus

Sábado, 13 de agosto de 2005

Después del necesario descanso tras la gran fiesta germana, fuimos Pietro y yo a ver como quedo la cocina después de tal fiesta y de paso hablar un poco con todos para ponernos de acuerdo sobre que hacer este sábado. Al final decidimos ir a Skandeborg a ver como era festival de una semana que estaba teniendo lugar. No iba a ser una verdadera imagen puesto que no íbamos a poder entrar en el recinto, sin embargo creímos que merecía la pena ver el ambiente y el lugar(nos habían dicho que el festival se celebraba en medio de un bosque con lago incluido. Después de comer pasta con Pietro(es increíble y aunque creo que me repito, tengo que volver a contaros que los italianos comen pasta todos los días, incluso mas de una vez al día) partió la expedición hacia el festival. Se componía de dos coches: el de Dominque, un australiano que esta loco y donde íbamos Pietro, las 2 estonias y yo.
En el segundo iban los dos chicos húngaros (Aron y Xavi) y Francesca y Davide. Llegamos a un área boscosa con un gran lago y aparcamos en un gran aparcamiento lleno de coches comenzamos a caminar en dirección a la entrada y lo primero que me sorprendió fue que no era un festival típico. Me explico, había mucha gente joven pero además estaba lleno de familias incluso con bebes.
Seguimos caminando y poco a poco el ambiente crecía. Eran las 6 de la tarde pero podría ser cualquier hora de la movida nocturna.
Estábamos un poco perdidos. Por suerte encontré a Martin, un danés que fue nuestro tutor los primeros días y que estaba “trabajando” en el festival promocionando su universidad. Nos indicó donde podíamos encontrar más fiesta y allí fuimos.
El sitio era muy mágico. Era como si dentro de un bosque hay una especie de chiringuitos, pero integrados con gusto dentro de él. La magia se respiraba en el ambiente. Comencé a hacer el tonto con Helena diciéndole que la tenía que coger de la mano para que no se perdiera. El juego siguió y acabé arrodillándome ante ella para ponerle el anillo de compromiso que había encontrado en el suelo. Ya estábamos casados. Estuvimos de la mano el resto del tiempo. Luego las cosas cambiaron porque fuimos a Aarhus y había mucha gente interesante con la que hablar. Estuvimos tomando algo en una fiesta de una residencia y luego fuimos a una fiesta internacional en una especie de club xente xoven a lo danés. Nos cobraron la entrada como si fuera hacernos socios por un día. Pero mereció la pena. Estaba lleno de gente de todas partes! Incluso españoles ;)

Se hizo tarde y volvimos a casa. Por el camino por el camino encontramos un erizo en un parque y lo cogí. Fue divertidísimo ver como en un instante se hizo una bola y ya no había forma de acariciarlo, así que lo escondí entre unos arbustos y me despedí.

Buenas noches Pippi! (Así lo bauticé)