Amor y patatitas

Domingo, 09 de abril de 2006

Con la excusa de respirar un poco de aire y devolver la bici de 20 kr (como las de Gijón pero metiendo moneda) me di una vuelta por la ciudad.

Hoy me he dado cuenta lo que me gusta la ciudad. Después de volver a pasear por las calles por las que siempre paso estaba con la misma sonrisa y la misma alegría que me da cuando veo estas calles. Esto no es normal. Después de cierto tiempo las cosas deberían perder su intensidad, pero con esta ciudad, creo que no va a pasar.

Paseando hacia Norreport oí voces de micrófono así que me acerqué a investigar. Era una especie de discurso en una plaza. Un señor hablaba con el micrófono frente a una piedra homenaje y unas 20 personas le escuchaban de pie tapándose del frío y del granizo.

Luego encontré un parque en el que había estado una vez al principio. Quizás sea mi favorito puesto que pese a ser muy pequeño es muy interesante porque está como hundido en la ciudad y tiene un bonito lago. No había muchos más locos como yo en él pero me encantó dar una vuelta al lago mirando a los patos en la lluvia.

Hoy toca “chips meeting” que significa que  Morten (casi dos metros) y Gulborg (el jefe de la cocina en cuanto a litros de cerveza se refiere) van a ver una peli mientras se zampan un saco de patatas fritas untadas en un litro de salsa (van a hacer un litro de salsa para las patatas!).

Me voy a unir a ellos y para ello pase por irma city uno de los pocos supermercados abiertos el domingo y me han metido el clavazo de 40kr (6€) por unas patatas y unas aceitunas. A veces sale caro vivir en Copenhague.

Espero no ahogarme en la salsa para las patatas esta noche. (