Sábado, 19 de noviembre de 2005
Nuevo fin de semana, nuevas ideas. Esta vez había fiesta de los 80 en la casa de estudiantes principal. La verdad es que eso de los 80 es un poco ambiguo y todo el mundo estaba un poco perdido en cuanto a qué ponerse. Pero como mi objetivo en esta vida es hacer el ridículo, convencía a Federico y Philip para bajar a la ciudad y comprar alguna horterada en las tiendas de segunda mano. Al final compramos algo también para los franceses y los magníficos resultados saltan a la vista.
Antes de ir a la fiesta organizamos una cena muy internacional en casa de los franceses. Ellos pusieron varios tipos de queso francés (el mejor del mundo por supuesto!) y Federico también tenía su granito de arena que aportar (una especie de parmensano de cabra muy rico). Yo contribuí con los restos de manchego que me quedan. Fuimos de compras al netto para tener pan, pizzas para intentar matar el hambre infinita de Philip y unos vinos de la región de cada uno. A pesar de que íbamos vestidos con nuestros mejores atuendos, los daneses casi ni se inmutaron de nuestra presencia.
La cena fue un rotundo éxito y disfrutamos muchísimo de quesos y vinos. Luego fuimos en bici hasta la fiesta. Resultó que sólo los de la casa y alguno más iban vestidos, así que causamos sensación. La fiesta fue un poco sosa en sí, porque es que ya cansa que sea la misma gente, pero aun así siempre puedes quedarte hablando con la gente tan maja que hay por aquí.
Hoy es día de reflexión. Me he levantado a las 3 y pico y cuando me di cuenta ya se había hecho de noche otra vez. Es una sensación muy extraña, porque te anima a que acabes el día antes. Como mañana tengo partido a las 1030, descansaré un poco y veré una peli con Philip
sábado, noviembre 19, 2005
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