Sábado, 14 de enero de 2006
Nunca se sabe. Pensé que esta semana sería muy tranquila y que pondría algún comentario del día, pero ha resultado ser una semana placenteramente agotadora. No he parado ni un segundo.
Madrugo, hago mi vida en la uni, desde el desayuno y la ducha hasta la cena y vuelvo a casa bastante cansado. En los ratos en los que no trabajo un poco, estoy practicando mis habilidades al futbolín. Bueno, no lo llamaría futbolín, porque es más bien una mesa con jugadores de plástico y, en fin, no son las mismas sensaciones. La cosa es que ya somos un grupo de 6 o 7 dedicándole horas a mejorar nuestro ranking mundial.
Lo más gracioso es que los futbolines está repartidos por la universidad para que los daneses tengan unos minutos de relajación mental y vuelvan a su trabajo. Nosotros dedicamos minutos a nuestro trabajo y horas al futbolín…
Y ayer, viernes, lo que había empezado como una tranquila cena ibérico-japonesa resultó en una macro fiesta en un container, el de Miguel. Casi no cabíamos y había allí casi 50 personas. Aun así hubo sushi y tortilla de patata para todos (cerveza casi no).
Tras la cena, a las 1130 Miguel nos invitó a desalojar su container porque los chinos (vive con 7) tenían que madrugar al día siguiente, así que la fiesta se movió a otro container que decoraron rápidamente en plan disco (luces apagadas, música y luces de bici amarillas y rojas intermitentes). La fiesta prometía, pero no me quedó más remedio que bajar hasta la ciudad, porque por la noche no tenía forma de llegar a casa desde la uni (aparqué la bici por un día).
Bajar a la ciudad significa conocer nuevos sitios, pero es mucho menos social que quedarse en el container, así que un poco de bailoteo (me encanta que pongan Gorillaz por los bares) y un poco de futbolín con el amigo danés de Ellen. Pasamos una ronda en el improvisado campeonato turco que había en el bar.
Luego ya el cansancio nos derrotó y hacia las 6 llegué a casa después de una siesta en el metro…
Puff, qué presión, mañana partido otra vez fuera de casa. Espero que nuestro equipo baje un poco el nivel de ridículo…
Hasta la próxima!
sábado, enero 14, 2006
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